El deseo para una idea es como un cebo. Cuando pescas tienes que ser paciente.
Cebas el anzuelo y luego esperas. El deseo es un cebo que atrae a los peces,
a las ideas.
Lo bonito es que cuando atrapas a un pez que te gusta, incluso aunque sea pequeño - un fragmento de una idea - ese pez te conducirá a otro pez y todos se engancharan en el primero.
Ya estás en marcha. Muy pronto se van acumulando cada vez más fragmentos y emerge el conjunto. Pero todo empieza con el deseo.
David Lynch